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martes, 26 de septiembre de 2023

LA RECONCILIACIÓN CON DIOS

La Reconciliación con Dios

Por Giancarlo Reto Miranda


Para reconciliarnos con alguien siempre es necesario tener una relación estrecha con esta persona y estar dispuesto a volver a reanudar nuestros lazos de empatía, cordialidad, respeto y amor. La reconciliación no es unas disculpas de algo que hicimos o de un error. Estamos hablando del perdón.

El ser humano necesita siempre fortalecer los lazos de amor, con todo lo que esto implica, especialmente con las personas más allegadas a él: padres, hijos, hermanos, familiares, amigos, conocidos, y por último, con todos. Cuando los lazos se rompen con las personas que más queremos nos sentimos abatidos, desanimados, erramos constantemente, no realizamos con paz lo que tenemos que hacer, porque siempre estará el sentimiento de culpa o dolor causado. Si Dios es nuestro Padre Creador, estos sentimientos de dolor y culpa ¿deberían ser importantes y tomados en cuenta para regresar a su perdón?

Claro que sí. Mucha gente vive por años apartada de Dios por falta de conocimiento, indiferencia a lo religioso o por vergüenza del mal que hace: “¿por qué andas cabizbajo y enojado? – le hizo ver Dios a Caín- si obraras bien andarías con la cabeza en alto, pero como obras mal el pecado acecha a la puerta de tu casa, aunque tú lo puedes dominar” (Gn 4, 6-7). Sin embargo, todos estamos llamados a volver a nuestro Creador y único Fin. Solo en él podemos encontrar el verdadero camino del sentido de nuestra vida.

Para reconciliarnos con Dios es necesario hacer un examen de nuestros actos humanos y de nuestras intenciones más profundas. ¿Qué tengo en mi vida que me aleja del Creador y de su Amor? ¿Qué estoy dispuesto(a) a cambiar por amor a Dios y a los demás?

La confesión sacramental es un medio importante para el cristiano que se quiere reconciliar con Dios, ya que Cristo mismo dio poder a sus apóstoles y sucesores para perdonar los pecados (Jn, 20, 22-23; Mt 16, 19) y de esta manera reconocer ante Dios y ante los hombres nuestras faltas para poder obtener el perdón. No basta con una oración personal para reconciliarnos con Dios Padre Misericordioso, sino que es necesario un proceso de vuelta a Dios.

Para esto la Iglesia nos brinda algunas pautas que nos ayudan en este proceso y poder hacer una buena Confesión.

¡No tengas miedo a la confesión! El sacerdote está llamado a escucharte, a no discriminarte por lo que hayas hecho, aconsejarte, absolverte de tus pecados y a imponerte una penitencia en forma de acción u oración para remediar tus faltas.

Ten fe que Dios ha puesto los medios necesarios y terrenos para que te reconcilies con él.

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